La silla Navy nació en Estados Unidos, en 1944. Se creó por encargo de la marina estadounidense –de ahí su nombre–, que solicitó para usar en sus barcos un asiento que fuera fuerte, ligero y resistente al agua y la oxidación. Gracias al tratamiento térmico al que es sometido el aluminio durante la fabricación, este material aumenta su fuerza hasta ser tres veces más duro que el acero.
La Navy está fabricada en aluminio reciclado en un 80%. El proceso de fabricación es manual y en él se siguen 77 pasos que hacen de cada silla una pieza casi única
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